A propuesta de Emilio Castelar, el pleno de 2 de febrero de 1893 tomó la decisión de organizar los funerales de José Zorrilla en la iglesia de Santa Bárbara de Madrid, el sábado 11 de febrero, a las 10.30 h., por ser la parroquia a la que pertenecía la casa del poeta. A la comisión de académicos designada por el director para ocuparse de las gestiones relacionadas con la muerte de Zorrilla (Antonio María Fabié, Miguel Mir, José Castro y Serrano y Manuel Tamayo y Baus), se añadió a Barbieri para que se ocupase de todo lo concerniente a la música de las exequias.
Antonio María Fabié se ocupó de pedir permiso al obispo Cos para que en el funeral se dijese una oración fúnebre. El padre Mir encargó el sermón a Florencio Jardiel, canónigo de Zaragoza, que no pudo cumplir el encargo por no poder trasladarse a Madrid en la fecha prevista.
Se preparó el texto de la invitación al funeral de la que se tiraron 2500 ejemplares; se repartieron 2267 entre instituciones oficiales, las academias, el cuerpo diplomático, la familia del poeta y los miembros de número, electos y correspondientes españoles y extranjeros de la Academia.
Por una gestión del director, el conde de Cheste, el marqués de Hoyos asistió al funeral en representación de la reina regente, que dispuso que actuase la Real Capilla de Música de Palacio.
El secretario de la corporación, Manuel Tamayo y Baus, solicitó ayuda al gobernador civil de Madrid para la organización del funeral. Acordó con Arturo de Madrid-Dávila y Pinilla, secretario del gobierno civil de Madrid, que se enviaría a la iglesia de Santa Bárbara un piquete del cuerpo de la guardia civil al mando de un oficial con el fin de servir de guardia de honor en las exequias del poeta.
Covadonga de Quintana, archivo de la Real Academia Española
FUENTES
Archivo de la Real Academia Española, Fondo Real Academia Española, Expediente de José Zorrilla, 328 (antigua signatura 21/6); Libro 34 de actas (1891-1894), actas de 2 y de 9 de febrero de 1893.
