Añade que recibió los nombramientos de los jueces municipales y que, a pesar de todo el sigilo mantenido, Romero Robledo se presentó en el consejo de Ministros quejándose al de Gracia y Justicia de que se hubiesen nombrado en el distrito de Granada a jueces no afectos al gobierno, con lo que se armó una gran polvareda y Romero pidió la separación del presidente de la Audiencia.

Dice que las sesiones del Congreso han terminado y que duda que se reanuden a no ser por el casamiento regio; que lo que ha pasado con Gómez Inguanzo no tiene nombre; que le diga si se quedará en Granada; y que respecto del asunto de Pepillote, también darían abogado gratis a la parte contraria.

En la postdata añade que antes de irse de Madrid no ha podido ver a Ruiz León.

El autor menciona la epidemia que hay en Granada y envía saludos para la familia de Pedro Antonio y de su hermano Joaquín.

Añade que le gustaría enviar un ejemplar de cada uno de sus libros al Colegio [del Sacro Monte], como antiguo colegial que es.

Corona de plata y plata dorada compuesta por ramas de laurel entrelazadas con frutos dorados. La corona está ornamentada por un fino lazo dorado que contiene una breve inscripción: «La Cámara Oficial de Comercio al popular Zorrilla. Granada, 17 de junio de 1889».

Flor de pensamiento realizada en plata y oro con esmalte de color granate y dorado. Decorada con una pequeña cinta con la inscripción en letras mayúsculas: «Centro Graciense a José Zorrilla, 17 de junio de 1889».

Corona de oro compuesta por dos ramas de laurel entrelazadas, confeccionada por la joyería Manuel Tegeiro y C.ª de Granada. La corona está ornamentada por un fino lazo dorado que contiene una breve inscripción: «Al poeta Zorrilla el Liceo de Granada en nombre de la nación española 17 de junio de 1889».

Pluma de plata dorada, decorada con una lira y una cinta y la siguiente inscripción: «Coronación de Zorrilla en Granada».

Añade que, ya que han conseguido fundar todas las instituciones democráticas que forman el organismo de una monarquía muy liberal o de una república muy conservadora, deben mantener el optimismo y los lazos entre la derecha del partido republicano, formado exclusivamente por ellos, y la izquierda del liberal, y no fiarse de salmeronistas y piistas.