Con tachaduras y anotaciones al margen.

Se indican los motivos que han llevado al marqués de Villena a establecer una Academia en Madrid a semejanza de la de París; se establecen los fines de la Academia y se fija el objetivo de formar un amplio diccionario de la lengua castellana. Se fija la casa del marqués de Villena como lugar de reunión.

Se da cuenta de la lista de académicos fundadores (además del marqués de Villena, Bartolomé Alcázar, José Casani, Juan Interián de Ayala, Juan Ferreras, Andrés González de Barcia, Antonio Dongo y Gabriel Álvarez de Toledo) y de los tres académicos incorporados con posterioridad (Francisco Pizarro, José de Solís y Vincencio Squarzafigo).

Se eligen los oficios de director, el marqués de Villena, y secretario, Squarzafigo.

Se da cuenta de la lista de autores de prosa y verso entregada por el director, que se tendrá en cuenta en los trabajos del diccionario y se encarga a Andrés González de Barcia la elaboración de un plan de trabajo.

Lámina en alto relieve en la que se ha grabado un gran vano con los tres arcos apuntados y trilobulados, el central más grande que los laterales. En el interior del vano, se aprecia el emblema de la Real Academia Española, donde aparece representado un crisol puesto al fuego, bajo el lema «Limpia, fija, y da esplendor», ubicado sobre una gran cornisa de la que cuelga una larga guirnalda. Al exterior, el vano está ribeteado con bolas pequeñas, a los laterales tiene dos pares de columnas con un capitel corintio y los arcos en sus puntas una flor de lis. Debajo del vano, motivos vegetales que parecen nacer de un ramo con hojas de acanto. Finalmente, las esquinas están decoradas con tracerías y un rosetón pequeño de centro.
Se lee «LIMPIA, FIJA, Y DA ESPLENDOR»

Lámina grabada en alto relieve en la que se representa un trovador, de pie, que toca un instrumento de cuerda; ubicado dentro de un doselete formado por un arco apuntado con el intradós trilobulado, apoyado sobre dos columnas esbeltas de fuste liso y capitel con hojas de acanto. Detrás, el fondo tupido de formas octogonales unidas entre sí mediante líneas trazadas en el centro de un cuadrado. A los pies del trovador, la base del doselete decorada con motivos vegetales, y debajo, los dos arcos muy apuntado también con el intradós trilobulado. Encima del doselete, una arquería apuntada soportada por unas columnas esbeltas y capiteles con las mismas características que los descritos en el doselete. Toda la composición se concibe como una gran estructura arquitectónica de estilo gótico.

Se lee «ALFONSO EL SABIO / CANTIGAS / DE SANTA MARIA»

Lámina utilizada para decorar la encuadernación de la edición de las Cantigas de Santa María que publicó la Real Academia Española en 1889.

Piezas grabadas en alto relieve, pertenecientes a la lámina del lomo, que sirve para decorar la encuadernación de la edición de las Cantigas de Santa María que publicó la Real Academia Española en 1889.

Se lee «PUBLICADO / POR / LA ACADEMIA ESPAÑOLA / VOLUMEN I».

Lámina grabada en alto relieve, dividida en tres registros. En el superior, se representa una escena cortesana presidida por el rey Alfonso X el Sabio, sentado en una escalinata, con el cuerpo de frente y la cabeza girada a su derecha, con un libro en la mano mientras que señala con el dedo índice; aparece acompañado de consejeros y cortesanos, sentados a su lado rey, que lo miran atentamente; en las esquinas, dos grupos de músicos tocando distintos tipos de instrumentos de cuerda. Todos los personajes se encuentran cobijados bajo una gran arquería compuesta por cuatro arcos apuntados y trilobulados, excepto el central, apuntado polilobulado, y sostenida por columnas con capitel corintio.
Detrás de estas figuras, se van alternando los fondos tupidos de formas octogonales y los lisos.

Esta escena se corresponde con la viñeta que acompaña el texto original de la primera Cantiga. El registro intermedio, presenta el título con las letras iniciales decoradas, en las esquinas apreciamos la representación de estructuras arquitectónicas de estilo gótico. En el registro inferior, se ha representado el momento en que un fraile menor reza a Sta. María para que lo salve del ataque de los demonios, pasaje que se narra en la Cantiga n.º 123; efectivamente, el fraile aparece sentado, cruzado de piernas, con los ojos cerrados, con los brazos apoyados sobre las piernas y las palmas de las manos levantadas, en el interior de una estrella de cinco puntas inscrita en un gran círculo de doble anillo, acechando a su alrededor las bestias salvajes con cuernos y peludas tal como eran representados los demonios en el s. XIII, cobijados bajo las arquerías góticas.

Se lee «ALFONSO EL SABIO / CANTIGAS / DE SANTA MARIA». Firma del grabador «A. Souze».

Lámina utilizada para decorar la encuadernación de la cubierta, de la edición de las Cantigas de Santa María que publicó la Real Academia Española en 1889.

El marqués de Santa Cruz se ofrece a representarle ante la Academia Francesa, a adquirir libros o a cualquier otro encargo.

Se incluye postdata con indicación de la fecha de su partida [a París], el 13 de mayo de 1820.