Añade que no entendió del todo su carta de hace unos meses y que está pasando un mes con sus padres en Zarauz.

Contiene una dedicatoria a Pilar Fernández Almagro en la que agradece la recensión de Sembrarse.

Añade que ha visto en Vida sobrenatural lo que escribió sobre la muerte del santo P. Cipriano y que no se siente movida a publicar algo más detallado, pues faltan muchos comprobantes sobre su prisión y martirio. En cuanto a sus versos, no desea que salgan a la luz; le conviene entrar en el silencio de la vida del claustro.

En posdata le pide que le pregunte a su hermano si querría escribir la vida de su padre con el título La vida plural y dinámica del marqués de Santillana, duque del Infantado.

Le envía el librito que ha escrito sobre su hermano Francisco de Borja y le dice que si Melchor cree que vale la pena dar noticia de sus obras en su crítica, que no diga cosas fáciles como que la autora es una monja que escribe en el retiro de la celda.