Añade una semblanza de Gregorio Arbizú, agradece que se haya acogido la candidatura de Arbeláez, obispo de Bogotá y le insiste en que propone a Manuel Cáceres para sustituir al fallecido Arbizú.

Añade que fue varias veces a buscar a su hijo en el hotel que se alojaba, pero que no le encontró.

Ruega que sean consignadas en las próximas ediciones del Diccionario, las Academias correspondientes y sus individuos.

Añade que ha recibido los discursos de Saralegui y Medina, le remite un folleto titulado La Universidad y dice que le mantendrá al corriente de los pasos dados en la reorganización de la corporación salvadoreña.

Añade las razones por las que se tuvo que prescindir de la mención a las Academias filiales.

Adjunta la nómina de académicos salvadoreños con indicación de aquellos a los que les falta el diploma.

Propone la sustitución de Ambrogi por César Virgilio Miranda.