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Emblema de la Real Academia Española Imagen
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Emblema de la Real Academia Española

Lámina metálica de talla dulce, técnica de buril y aguafuerte, en la que aparece grabado el emblema de la Real Academia Española, donde se ha representado un crisol puesto al fuego, bajo la leyenda «Limpia, fija, y da esplendor». El humo del crisol invade toda la composición de tal manera que sirve de fondo y marco para el emblema. Firma del grabador «J. Ximeno».

Emblema estampado en la oración que dedica la academia al rey Carlos IV con motivo de su exaltación al trono, en 1798, en Madrid, en la imprenta de la Academia por la viuda de Ibarra, hijos y compañía. En la oración que la institución dedica al rey Fernando VII con el plausible motivo de su feliz regreso al trono de las Españas, en 1814, en Madrid, en la imprenta de Ibarra.

Emblema de la Real Academia Española

Emblema de la Real Academia Española sobre papel crema: dispuesto en un gran círculo, en cuyo interior aparece representado un crisol puesto al fuego, bajo el lema de la Real Academia Española «Limpia, fija, y da esplendor». En la base, se ha colocado un ramillete con flores de lis.

El emblema se estampa por primera vez en la portada de la segunda impresión del Diccionario de lengua castellana (1770); en la primera, segunda, tercera, cuarta y quinta edición del Diccionario de la lengua castellana reducido a un tomo para su más fácil uso (1780-1817). También aparece estampado en la oración que hizo la institución al Rey Carlos IV con motivo del nacimiento del Infante Carlos Clemente de Borbón, en 1771, en Madrid por Joaquín Ibarra, impresor de Cámara. Finalmente, lo vemos estampado en la oración que dedica la institución a la Reina Gobernadora con motivo de la proclamación de su hija Isabel II, en 1833, en Madrid, en la imprenta de Tomás Jordán.

Emblema de la Real Academia Española

Emblema de la Real Academia Española sobre papel crema: un crisol puesto al fuego, bajo la leyenda «Limpia, fija, y da esplendor». Toda la composición tiene un marco formado con motivos vegetales; en la parte superior a modo de remate, una guirnalda.

El emblema se estampa por primera vez en la portada de la segunda y la tercera ediciones de la Ortografía de la lengua castellana, entre 1754 y 1763. A su vez dicho emblema se adjudica a Emilio Cotarelo, al ser el encargado de aunar en su publicación: "Discurso acerca de las obras publicadas por la Real Academia Española: leído en la junta publica de 7 de octubre de 1928" (1928), los distintos emblemas utilizados por la Academia a lo largo de su historia.

Emblema de la Real Academia Española

Vidriera ubicada, junto con otras tres, en una de las ventanas del Salón de Actos de la Academia. Todas son de temas alegóricos y en forma de H. Fue encargada a Gustave Pierre Dragant (1839-1915) y está datada en 1893.

En ella se representa un crisol puesto al fuego y una filacteria en la que leemos: «Limpia, fija y da esplendor».
Aparece bellamente ornamentada en su contorno por una orla o cenefa plagada de estrellas y símbolos. Los bordes de la vidriera y las esquinas están decorados con una serie de dibujos. En las esquinas superiores vemos a un Pegaso en cada lado. Más al centro, encontramos representado el crisol puesto al fuego, emblema de la Academia, y en las esquinas inferiores, el castillo y el león de los reinos de Castilla y León. Sobre el emblema, vemos el año en el que fue realizada la vidriera.

Emblema de la Real Academia Española

Taco de entalladura en el que aparece grabado el emblema de la Real Academia Española en un escudo real, en cuyo interior se ha representado un crisol puesto al fuego, posado en el suelo con forma de cuadrícula, a modo de tablero de ajedrez; bajo la leyenda «Limpia, fija, y da esplendor». Debajo, el rostro de un ángel con alas. Por último, todo el escudo está rodeado de vegetación.

Segundo sello con el emblema de la Real Academia Española, estampado por primera vez en la oración funeral de las exequias que la Real Academia Española celebró por el fundador y primer director, D. Juan Manuel Fernández Pacheco, Marqués de Villena, en 1725, en Madrid, en la imprenta de Francisco del Hierro. En la oración que hizo la institución a la reina Dª Isabel de Farnesio con motivo del nacimiento de la infanta Dª María Teresa, el 14 de julio de 1726, en Madrid, en la imprenta de Francisco del Hierro. En el elogio histórico de D. Juan de Ferreras, decano de la Real Academia Española y Bibliotecario Mayor del Rey, leído por Blás Antonio Nassarre y Ferriz, el 4 de agosto de 1735, en Madrid.
Finalmente, lo vemos estampado en la oración funeral de las exequias que la institución celebró por D. Mercurio Antonio López Pacheco, Marqués de Villena, el 23 de julio de 1735, en Madrid, en la imprenta de Francisco del Hierro.

Emblema de la Real Academia Española

Emblema de la Real Academia Española sobre papel satinado: dispuesto en un gran círculo, en cuyo interior aparece representado un crisol puesto al fuego, bajo el lema de la Real Academia Española «Limpia, fija, y da esplendor». En la base, se ha colocado un ramillete con flores de lis.

El emblema se estampa por primera vez en la portada de la segunda impresión del Diccionario de lengua castellana (1770); en la primera, segunda, tercera, cuarta y quinta edición del Diccionario de la lengua castellana reducido a un tomo para su más fácil uso (1780-1817). También aparece estampado en la oración que hizo la institución al Rey Carlos IV con motivo del nacimiento del Infante Carlos Clemente de Borbón, en 1771, en Madrid por Joaquín Ibarra, impresor de Cámara. Finalmente, lo vemos estampado en la oración que dedica la institución a la Reina Gobernadora con motivo de la proclamación de su hija Isabel II, en 1833, en Madrid, en la imprenta de Tomás Jordán.

Emblema de la Real Academia Española

Emblema de la Real Academia Española sobre papel crema: un crisol puesto al fuego sobre un suelo ajedrezado, con la leyenda "Limpia, fija y da esplendor" en una filacteria, entrelazada con las hojas y los tallos de las flores de lis que componen el marco del emblema.

El emblema se estampa por primera vez en la portada de los primeros estatutos de la Real Academia Española, el 24 de enero de 1715, en la Imprenta Real Por Joseph Rodriguez y Escobar. A su vez dicho emblema se adjudica a Emilio Cotarelo, al ser el encargado de aunar en su publicación: "Discurso acerca de las obras publicadas por la Real Academia Española: leído en la junta publica de 7 de octubre de 1928" (1928), los distintos emblemas utilizados por la Academia a lo largo de su historia.

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