Añade que con Alarcón aprendió a admirar Italia y que con Rubén Darío, J. R. J., Zorrilla, Espronceda, Bécquer, Valladolid.

Le agradece el artículo sobre A la altura de las circunstancias de ABC y le pregunta si Rafael Lasso de la Vega era de verdad el marqués de Vilanova y si era un personaje de Luces de Bohemia.

Le pide consejo y le dice que si se arriesga a viajar, él debería escribir unas líneas sobre Maremágnum. Le pregunta si le llegó la Antología publicada en Barcelona por Seix Barral.

Le dice que sigue muy fiel a Francia, país al que los de su generación deben muchas cosas. Le pide que escriba sobre la muerte de Valle-Inclán, sobre la que le habló el doctor García Sabell y le dice que sigue trabajando en Homenaje.

Añade que le agradece que le mencionase en un artículo de La Vanguardia, que pronto saldrá Historia natural y el segundo Cántico y que va a embarcarse en el Libertad hacia Roma para encontrarse con Irene.

Añade que Emilio le habló de la situación que podría crearse con Maremágnum si él regresase ahora y le aconseja que demore la visita, pero que ha recibido una carta de León Sánchez Cuesta en la que le dice que ha sido aprobado por la censura, lo que le hace dudar. Cree que va a atender el consejo de Emilio.

Añade que envió a Montesinos su artículo sobre Alarcón; que estuvo tres semanas en Venecia, que asistió a un congreso de escritores en Nápoles y ha visitados algunas pequeñas ciudades. Dice que Florencia le conviene, está entre Valladolid y Sevilla. Le felicita por el título de Mejor periodista del año 1958.

Añade que sigue conmocionado por las circunstancias de su tránsito, en extremo conmovedoras. Le dice que él también pasó una mala época con sus ojos cuando le operaron de un desprendimiento de retina en Nueva York, en 1948, y que van a embarcarse en el Cristoforo Colombo con rumbo a Massachussets. Le agradece su palabras sobre sus últimos versos de La Vanguardia.