Añade que el Comité Constitucional, en carta de Sagasta, aconsejó su candidatura a los señores San Juan y Herrera, a quienes ha escrito de su puño y letra; que también ha escrito a Lucas Guillén y a Eduardo Segura, según sus instrucciones; y que la carta perdida al duque de la Torre llegará a su destino. Le recuerda que no han de descuidar las mesas.

Renueva su promesa de ir a La Carolina, preferentemente a finales de mayo y le pide que no se desalienten por la derrota.

Añade que su abuelo, el duque de Fernán Núñez, inició la tradición de regalar a cada uno de sus hijos y nietos una copia del cuadro de la Virgen de Corregio que él poseía, que su hija le citará, que le enviará la nota que le pide sobre la estatua del Gran Duque que está en la mesa de su despacho y que puede obtener copias de los tres retratos de Zuloaga y del de Madrazo en la Casa Moreno.

Le dice que París está lleno de españoles sin dinero y que es carísimo. Él se sostiene con colaboraciones en La Prensa. Piensa que Europa está en vísperas de conflagraciones y que en Francia todo lo que ve es muy parecido a lo que pasaba en España antes de la revolución.