Carta de Julio de Urquijo a Julio Casares en la que le confirma que le entregará las actas y demás papeles solicitados, que el señor Baamonde no llegó en la fecha prevista; y que, por fortuna, conserva la medalla y el título académico
Carta de Julio de Urquijo a Julio Casares en la que le propone entregar las actas y demás documentación a Juan de Zaragüeta porque el señor Baamonde no ha ido por ahí, y que, debido al estado de su salud, no podrá viajar a Madrid a la sesión del Instituto de España que se celebrará en la Real Academia Española
Copia sin firma del oficio del secretario a Julio Urquijo de traslado de su designación como miembro del jurado calificador de los trabajos que se presenten al concurso de sainete y zarzuela abierto por el Ayuntamiento de San Sebastián
Nota con el texto del telegrama enviado por Julio Casares al vicepresidente de la Real Sociedad Vascongada Amigos del País en el que acusa recibo del telegrama de este anunciando el fallecimiento de Julio de Urquijo y le ruega que le diga nombre y dirección a quien haya de dirigirse oficio
Carta de Julio de Urquijo a Julio Casares en la que le felicita por su liberación y desea su reintegro en el cargo de secretario, cargo que él ejerció durante su ausencia por orden de la superioridad. También le informa del proyecto del Instituto de España de celebrar una sesión solemne en San Sebastián, en la que un académico electo leerá su discurso de ingreso y varios académicos prestarán juramento, según las nuevas disposiciones
Copia de la carta de Julio Casares a Julio de Urquijo en la que le indica la fecha en la que el señor Baamonde pasará a recoger los documentos que tiene previsto enviar a Madrid, que toma nota de que conserva la medalla, y que ha transmitido sus saludos a Rodríguez Marín y Ricardo León
Telegrama de Julio de Urquijo a Julio Casares en el que le dice que al saber que no va el señor Zaragüeta que le indicara un académico o persona de confianza a quien pudiera entregar las actas. Su estado de salud no le permite viajar a Madrid
Carta de Vicenta de Olazábal, viuda de Urquijo, al secretario en la que agradece las cincuenta misas por el eterno descanso de su esposo
