Carta de M. Sánchez de los Santos a Agustín González de Amezúa en la que, en cumplimiento de la voluntad de su padre, anuncia el envío de una caja con papeles y autógrafos de Eulogio Florentino Sanz
Carta de Manuel del Jesús Moreno, inspector de Educación de la Dirección General de Prisiones, al secretario [Rafael Lapesa] con la que adjunta una carta autógrafa de Eduardo Benot que ha encontrado en un libro
Carta de Pedro de Oña y Luis Silvela al director, el marqués de Molins, en la que transcribe una cláusula del codicilo del marqués de San Gregorio en el que deja a la Academia el autógrafo del Bastardo de Mudarra, la mascarilla de Feijoo y los libros que elija de su biblioteca
Carta de Rafael Caldera, presidente de la República de Venezuela, a Dámaso Alonso por la que se congratula de que la estatua de Andrés Bello sea colocada en el palacio de la Academia
Carta de Rafael Pérez-Cossío a Emilio Cotarelo, secretario, en la que muestra su conformidad a que el Archivo de la Academia conserve unos autógrafos dirigidos a su abuelo [Leandro Pérez-Cossío] de personalidades relevantes de la política española de mediados del s. XIX
Carta de Rafaela L[ópez] Guijarro, viuda de Puente Apezecha, a Manuel Tamayo y Baus, secretario, con la que envía la medalla de su marido y anuncia que fue su última voluntad legar a la Academia los retratos de José de Musso y Valiente y Joaquín Francisco Pacheco
Carta de Sergio Sepúlveda Garcés, embajador de Chile, con la que remite dos cheques por el importe de mil dólares cada uno, con los que el gobierno de Chile contribuye a los gastos del Seminario de Lexicografía
Carta de Tomás Polanco Alcántara, embajador de Venezuela, a Dámaso Alonso, director, por la que le anuncia la intención de Rafael Caldera y del gobierno de Venezuela de ofrecer a la Academia una figura en bronce de Andrés Bello, réplica de la original situada en la Dehesa de la Villa
Carta de V. Tamayo y Álvaro Gil Albacete, albaceas testamentarios de Emilia Máiquez Sánchez, viuda de Manuel Tamayo y Baus, de comunicación de la existencia de una carta autógrafa unida al testamento por la que la viuda indica que el retrato de Tamayo debe pasar a la Biblioteca Nacional y la mesa venderse con los demás muebles
