Pide también que se le envíen algunos ejemplares más para repartirlos.

Presente la contestación de Casimiro de Ustáriz designando a Tomás Suárez como persona encargada de recoger los ejemplares y con la indicación de la pretensión de Juan Curiel de publicar en la Gaceta la noticia de la entrega del tercer tomo, previniendo que, aunque el diccionario se puso en manos de los reyes, solo se entregó a la reina.

Añade que contará con la ayuda de los académicos que se encuentran en Sevilla: Diego Suárez de Figueroa, Miguel Gutiérrez de Valdivia y Casimiro Ustáriz.

Le anuncia también el envío de ejemplares para que se encargue de distribuirlos entre diversos personajes [de Sevilla] con cartas de la secretaría.

Además le informa de que ya han viajado ejemplares a Italia para ser presentados ante el duque de Parma.

Se entregarán ejemplares a los reyes y príncipes que están en Sevilla y a los jefes de sus casas, a través de Juan Curiel; al duque de Parma y a los jefes de su casa, a través de José de Montealegre. A los que le corresponden a él como académico, se añaden cincuenta ejemplares más para que regale según le convenga.