Añade que está pasando una temporada en Puerto Pollensa, con Cela. Le pregunta si ha recibido su libro Memorias de poco tiempo, sobre el que le gustaría conocer su opinión.

Añade que está preparando la edición de las cartas que Federico le escribió y que la cosa no es fácil. Le recuerda que Guillermo de Torre les ha reprochado en un artículo que aplazasen la publicación de sus respectivos epistolarios y que se anime a hacerlo. Le felicita por los dos artículos sobre la poesía de Pedro Salinas en La Vanguardia.

Sin embargo, sí que expondrá su papel en su elección para la Academia, aunque nadie, salvo Gabriel Maura, se opuso. A los de la La Vanguardia tuvo que convencerlos de que él era el indicado sin competencia.

Añade que su glosa sobre la reedición de Ángeles de Compostela, de Gerardo Diego, coincidente con un artículo suyo en Mediterráneo en el que proponía que se le nombrase Príncipe de la Poesía, ha motivado un cruce de catas con Gerardo que renuncia anticipadamente a la mano de D.ª Leonor.

Añade que ve en la crítica una indicación de que debería escribir una especie de historia del desenvolvimiento de los grandes movimientos pictóricos en España y que va a animarse a hacerlo.