Añade que la Academia Ecuatoriana, en virtud de la facultad otorgada por el art. 39 de su Reglamento, ha autorizado la formación de una sucursal en Cuenca, compuesta de diez vocales, que organizarán sus trabajos como la de Quito y lo enviarán allí, y cuyo director será Luis Cordero.

Añade que la Academia Chilena aceptó la invitación, dejando constancia de que todo lo relacionado con chilenismos y americanismos en general, debía ser tratado con la Española. Indica que se envió a la Academia Sueca una nota pidiendo el Premio Nobel para Menéndez Pidal.

Expresa su preocupación por el Congreso de Academias y el desaliento que siente al no recibir instrucciones de la Española; opina que debería ir formándose opinión en las Academias Americanas mediante una circular científica o una visita de una delegación, que sería muy útiles para atajar cualquier intento de secesión.

Añade que la delegación de la Academia Chilena que acudirá al Congreso de Bogotá estará formada por él mismo, Fidel Araneda, Raúl Silva y Julio Barrenechea. También que como reemplazante de Yrarrázabal se ha elegido a Salvador Reyes.

Propone que se costee la estancia de la Mesa Directiva de la Academia Chilena y manifiesta que los delegados chilenos están dispuestos a mantener los propósitos de unidad y a evitar todo intento disociador.