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Descripción archivística
A/ Real Academia Española Reguera, Carlos de la (1679-1742) Etimología
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Acta de 12 de febrero de 1733

Juan de Ferreras preside la junta por ausencia del director.

Se vuelve a tratar la ortografía de la voz "ortiga", cuestión discutida en la junta de 11 de octubre de 1729 en la que se decide escribirla con aspiración, pese a su origen etimológico en la voz latina "urtica", en atención a distintas autoridades en la que aparece escrita con H. Ante el hallazgo de una autoridad sin dicha aspiración se plantean dudas al respecto. Después de someter el asunto a votación, se resuelve que por lo general las voces que tuvieran una etimología cierta se escriban siempre conforme a ésta sin atender a su uso común. Solo en el caso de las voces propias de la lengua castellana se podrá decidir su ortografía de acuerdo al cotejo de las impresiones que parezcan más correctas. En consecuencia la voz "ortiga" se ha de escribir con o y en la letra H ha de aparecer una simple remisión, dado que con frecuencia esta voz aparece escrita con aspiración, tal como se previene para estos casos en la planta para la formación del Diccionario de 1713.

Prosigue la explicación de las voces de la combinación Ma a cargo de Diego de Villegas Quevedo.

Acta de 4 de diciembre de 1738

José Casani preside la junta por ausencia del director. Lope Hurtado de Mendoza oficia de secretario.

Con motivo de las dudas de algunos académicos sobre el método que debe observarse respecto a las voces de otras lenguas que se usan en castellano se recuerda que había acuerdo sobre este punto. La junta ordena que se traigan los acuerdos concernientes en un escrito de reparos. Manuel de Villegas trae y lee lo acordado al respecto en las juntas de 30 de agosto de 1736 y 14 de febrero de 1737. Tras deliberación queda resuelto por mayoría que todas las voces de las lenguas que se usan en castellano se diga que son voces de su lengua de origen correspondiente (griego, latín, árabe, etc.), salvo aquellas que ya latinizadas, en cuyo caso debe decirse que vienen del latín. De este modo se observa con rigor la regla que se halla en la Historia de la Academia, número 1, folio 16.