Manifiesta su conformidad con la supresión de las secciones y se muestra orgulloso de poder lucir su título de académico de número. Expresa su preocupación por la situación en la que quedan las academias regionales.

Remite, sin embargo, el último discurso que dedicó a Marcelino Menéndez y Pelayo.

Menciona las dos conferencias que ha pronunciado sobre Cervantes en la Academia de San Esteban y en el Teatro Urania, con la proyección de las escenas principales de Don Quijote y pide el envío de Boletín de la Real Academia Española.

Añade que no ha recibido ninguna publicación desde 1940 y que espera hacer lo que esté en su mano para recibirlas.