Los promotores de la institución del Premio Manuel Espinosa y Cortina fueron los marqueses de Cortina, en memoria de su hijo Manuel, fallecido antes de los 18 años, que había mostrado mucha afición a la poesía en general y a la dramática en particular.

Se constituyó una fundación, cuyo patronato fue ocupado por la Real Academia Española. El objeto de la fundación fue la concesión quinquenal del premio, dotado de 4000 pesetas, a una obra dramática original, en prosa o en verso, escrita en castellano y perteneciente a cualquier género literario, estrenada en la península durante ese periodo.

Agrupa un listado de distribución de las esquelas de invitación, la minuta de un besalamano al secretario de la Academia de Bellas Artes y las minutas de los oficios de invitación al director del Cuartel de Inválidos, al rector de la Universidad Central y a Antonio Hernández, religioso dominico del Convento de Ocaña.