Carta de Giuseppe Carlo Rossi a Alonso Zamora Vicente con su pésame por el fallecimiento de Eugenio Montes
Carta de Gonzalo Sáenz Briones, presidente de la Institución Cultural Española de Buenos Aires, a Rafael Lapesa, secretario, en la que le ruega haga llegar a la Corporación sus condolencias por el fallecimiento de Ramón Menéndez Pidal a quien recuerdan porque en 1914 inauguró su cátedra de Cultura española en la Universidad de Buenos Aires
Carta de Gregorio Marañón a Julio Casares acerca de su diagnóstico de la enfermedad por la que falleció Miguel Asín Palacios, de la asistencia de Romanones y de Cospedal al funeral, y del pésame a la familia que trasmitió en su nombre
Carta de Gregorio Marañón a Julio Casares para informarle que le devuelve el discurso de Sánchez Cantón y que hará copiar enseguida la respuesta que ha escrito; y para mostrar su pesar por el fallecimiento de González Palencia
Carta de Gregorio Marañón Moya a Melchor Fernández Almagro en la que agradece el pésame y las visitas que ha hecho a su madre
Carta de Guillermo Bustamante a Ramón Menéndez Pidal en la que presenta sus condolencias por el fallecimiento de Gregorio Marañón y ensalza su figura como académico, como escritor y como sabio profesional
Carta de Gustavo Martínez Zuviría, general de brigada del ejército argentino, al presidente de la Real Academia Española en la que expresa el pesar personal y el de su familia por el fallecimiento de Julio Casares, con quien su padre, Hugo Wast, mantuvo continua correspondencia y estrecha amistad
Carta de Henri Mérimée al secretario perpetuo [Emilio Cotarelo y Mori] de traslado del agradecimiento a la Academia por su mensaje de condolencia
Carta de Hernán Figueroa, embajador de Chile, a Julio Casares, secretario, en la que le ruega que exprese a la junta el pesar de su país por el fallecimiento de Francisco Rodríguez Marín
Carta de Hernán G. Peralta, director de la Academia Costarricense de la Lengua, a Ramón Menéndez Pidal, en la que le envía el pésame, propio y de esa Academia, por el fallecimiento de Julio Casares, amigo y consejero, que puso al servicio de todos sus certeras indicaciones y sabias enseñanzas