Dice que mandará que le envíen su libro sobre Unamuno y le pide su opinión sobre su artículo de Clavileño.

Le ruegan alguna información sobre la aceptación de las palabras finlaismo y finlaista por parte de la Academia, asunto que tramitaba Julio Casares

Le dice que no ha podido ver a Fernando de Arteaga y que le cohíbe el no tener disculpa para explicarle el asunto de su nombramiento como correspondiente de la Academia. Expresa sus preocupaciones económicas.

Añade que va a estar en Munich para terminar una parte de la memoria para la oposición a la cátedra de Filosofía del Derecho y perfeccionar el alemán; que allí hay tantos obreros y estudiantes españoles que uno se cree que está en la calle Princesa.
Dice que estuvo en una conferencia de un alemán sobre España titulada España, fascismo y socialismo, que concluía que España iba por la vía de un socialismo no liberal y que el milagro alemán estaba entrando en crisis.