Añade que ofreció hace algún tiempo a su amigo Jacinto Octavio Picón sus notas lingüísticas y recibió la indicación de que no las presentase hasta que se publicase la décima quinta edición del Diccionario para evitar posibles repeticiones. También contribuyó a esclarecer la autenticidad del retrato de Miguel de Cervantes que posee la Academia. Indica que le será difícil registrar las voces valencianas, pues es una región bilingüe.

Añade que, cuando se restablezca la editorial Cervantes de Barcelona, le enviará las obras que le publicaron allí.

Se disculpa por haber pedido las obras de Emilio Cotarelo no publicadas por la Academia y pide el Anuario, pues el último que tiene corresponde a 1920.

Le confiesa que ha tenido que acceder a componer un poema por encargo y que ha quedado sorprendido por el número de cartas, telegramas y conferencias felicitándole, cuando lleva toda la vida publicando libros sin eco.