Añade que le ha gustado el último libro de su padre, quien le manda recuerdos y le pide que le recomiende para visitar el Archivo de la Academia de la Historia.

Añade que fue una lástima que los periódicos no recogieran su última conferencia, en la que estuvo más a gusto; que le ha gustado mucho el refinamiento del libro de Alberti y que se alegra de los buenos augurios para Guillén. Pregunta si Salinas está por Madrid.

Supone que ya se habrán retomado las reuniones y habrá algún acuerdo editorial y de trabajo. Añade que escribió a Alberti, a Cossío, Salinas y Guillén y a Lorca, que le pidió versos para Soto de Rojas en la inauguración del Ateneo granadino.

Añade que Germaine y los hijos están en Francia y que va trabajando en los poemas de su próximo librito.

Añade que Orígenes es perfecto, redondo, que lo ha leído con interés profundo y ha aprendido mucho. Él no ha tenido unas semanas fructíferas: algunos poemas esbozados y otros terminados.

Le anuncia que ha empezado Clamor y que va a pasar un mes en México con Teresa y Gilman. Espera verle en Madrid.

Le da la enhorabuena por su ingreso en la Real Academia Española, donde tiene íntimos amigos. Le pregunta por el tema de su discurso, por quién le contestará, por cuándo lo leerá. Añade que su yerno, Steve, le dijo que, de sus amigos de Madrid, él había sido el más amable.

Añade que ya ha corregido las terceras pruebas de Lenguaje y poesía y las conferencias de Harvard que va a publicar la Revista de Occidente y que tiene casi terminada la tercera y última parte de Clamor. Le dice que su nieto Antonio, que estudia en Harvard, quiere ir como aprendiz a las excavaciones de Ampurias y le pide que le recomiende al director, Martín Almagro Basch.